¿Chicle? No, gracias.

Masticar chicle de forma habitual puede agravar trastornos de la oclusión dental y/o mandibulares ya existentes. En el caso de no tener ningún trastorno, masticar chicle en exceso, puede conllevar un trabajo excesivo de los músculos temporales, maseteros y pterigoideos.

Cuando masticamos chicle, generamos un aumento excesivo del tono muscular, lo que acaba provocando desequilibrios a nivel muscular y articular afectando a la mecánica de la articulación temporo-mandibular.

Evita los chicles especialmente si sufres bruxismo (acto involuntario de apretar o rechinar los dientes durante el sueño) ya que agravas el problema mecánico.

A través de lo que se conoce como sistema trigémino espinal, la musculatura de la masticación está controlada o inervada por la tercera rama del trigémino, el nervio mandibular.
Toda la información que recoge el nervio trigémino va a unos núcleos que tienen una relación muy estrecha con los primeros niveles cervicales, en cuyo lugar se producen conexiones entre ambas regiones, por lo tanto un problema que afecte a una región controlada por el nervio trigémino como es una alteración de la articulación temporomandibular tendrá repercusiones a nivel cervical y viceversa, lo que hará que un paciente con problemas en cualquier parte del sistema estomatognático pueda tener dolores de cuello, de oido y/o de cabeza y cuyo origen está en la alteración de este sistema.

El desequilibrio a nivel mecánico de la articulación temporomandibular provocará chasquidos al abrir y cerrar la boca, fruto del asincronismo que se produce entre el menisco y el cóndilo mandibular, en condiciones normales deben moverse al unísono y si no lo hacen oiremos un chasquido al movilizar la articulación, e incluso bloqueos de la articulación impidiendo por ejemplo que la persona pueda cerrar la boca.

Cuando un cuadro clínico de este estilo se instaura también va a tener repercusiones a nivel postural en la persona, porque el sistema estomatognático está considerado como un captor postural, y cualquier incidencia sobre este sistema incide sobre la postura y más concretamente sobre la posición de la cabeza en el espacio, lo que va a tener una repercusión importante sobre la mecánica cervical y la aparición de lesiones en esta región.

La mandíbula debe descansar de sesiones de alto trabajo como es masticar chicle. Si estamos constantemente comiendo chicle no dejaremos descansar la mandíbula y lo que puede provocar una sobrecarga de todo el sistema. Lo mismo sucede con los huesos y las articulaciones que la conforman.

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